domingo, 13 de mayo de 2012

el paciente, el taxista y el doctor (parte 3)

Se sentó sobre las escaleras de la iglesia y miró al suelo cabizbajo mientras reflexionaba sobre si era ético o no matar a un taxista en la puerta de una iglesia. Notó como se sentaba a su lado el taxista.

-Alegre esa cara hombre y discúlpeme, de verdad que yo pensaba que quería venir aquí- Sus palabras denotaban sinceridad- Miré como disculpa juró que le llevo allí y gratis, además mírelo por el lado bueno entremos aquí y  recé por quien tenga que visitar.

-No soy cristiano.

-Da igual Dios nos quiere a todos por igual, venga entremos.

No sabía porqué, pero le hizo caso al taxista y entro con él casi por inercia. Una vez dentro vio que no era nada del otro mundo, unos bancos a los lados un altar al fondo y una viejecita sentada que más que rezar parecía que echaba una cabezada. Se sentaron a su lado  y esperó a que el taxista rezara a quien tuviese que rezar, una vez terminó, se levantó del frío banco y se dirigió a la puerta.

-Espere no se vaya todavía si no he terminado- gritó el taxista desde el fondo de la iglesia, haciendo levantar del grito a la vieja.

-Como que no ha terminado? Tengo que ir al hospital ya!.- devolviéndole el chillido desde la puerta de salida

-Oigan a que vienen esos chillidos?

-Señora usted siga rezando que no va con usted-le gritó a la abuela- tengo que ir al hospital así que levanta tu maldito culo del banco, sube al coche y llévame o juro por lo que más quiero que te saco a patadas de esta iglesia.

-Madre del amor hermoso, van ustedes al Hospital?-preguntó la vieja- podrían ser tan amables de acercarme a mí también, que tengo que hacer una visita.

-NO!

-Sí claro mujer para eso estamos - se ofreció alegremente el taxista- deje que la acompañe hasta el taxi.

Y así con una compañera de viaje nueva ponían rumbo, esta vez sí o al menos eso creía él, hacia el hospital.


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