martes, 8 de mayo de 2012

el paciente, el taxista y el doctor (parte 2)

Subió al taxi precipitadamente y gritó:

-Rápido lléveme a la Fe, a la Fe rápido!!!-casi sin aliento para pronunciar la frase.
-Vaya veo que tiene prisa por llegar a la de las diez.
-Eh? sí sí tengo prisa- ni siquiera había entendido la pregunta, pero no tenía tiempo para hablar.
-Pues arreando que es tarde.

El taxi no iba a mucha velocidad, al parecer el taxista no había entendido el significado de rápido. La parsimonia del viaje le dio tiempo para reflexionar sobre los años que llevaba con su pareja, el momento en que se conocieron, los viajes que habían echo juntos, las tardes de domingo que pasaban juntos en el sofá viendo películas, a las que ella llamaba "mierder", era curioso como momentos tan a simple vista insustanciales se convertían en los mejores recuerdos. Y ahora todo se podía acabar de golpe y sin haberse despedido si quiera, no era  como quería acabar esa historia e iba hacer todo lo posible porque no fuese así.

Pero mientras pensaba en todo esto se dio cuenta de que el taxi se había detenido, miró por la ventana y no vio ningún hospital, en frente suya había una iglesia cualquiera de ciudad, se giró de nuevo, miró al conductor que le devolvía la mirada con una sonrisa de oreja a oreja:

-Esto es una broma verdad?- fue lo único que acerto a decir.
-Una broma? No señor, me dijiste lléveme a la Fe y aquí esta, en la casa del señor.-Se podía notar la emoción, al pronunciar estas palabras, en el taxista.
-Vamos a ver tú no eres de aqui verdad?- el asombro le desbordaba.
-No señor soy de la otra punta de España.
-Ya veo.

Con esta escueta frase bajo del taxi y se sentó en las escaleras de la iglesia.

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